Hace algún tiempo leí en el conocido libro de 1995 «Ser digital» de Nicholas Negroponte, del MIT, la posibilidad de que en un futuro, en ese momento más o menos lejano, de nanoestructuras capaces de «imprimir» objetos en tercera dimensión. Hoy en día casi 15 años después, la opción parece cercana, ya que hay modelos que han comprobado la posibilidad de hacerlo. Reciben el nombre «CATOM», derivado de «claytronic atoms» y también se conocen como «materia programable». Las formas adoptadas por los CATOMS puede mutar a prácticamente cualquier otra forma imaginable, incluso réplicas de seres humanos.
Sin duda las implicaciones para el mundo de la información, particularmente las bibliotecas y los archivos, serán importantes. ¿Estaremos a las puertas de tener la capacidad de teletransportar los materiales que los usuarios desean consultar y no solamente ofrecerlos por medio de textos electrónicos». Esta es otra tendencia tecnológica que habrá que seguir de cerca.
Galaxia Gutenberg 